Los indicadores que conforman un CMI se dividen en 4 perspectivas desde las cuales se analiza la salud de una empresa. Estas cuatro perspectivas agrupan los distintos indicadores que se deben medir en una empresa.
Los objetivos de un CMI, por tanto, también se agruparán dependiendo de la perspectiva desde la cual se analizan los datos de resultados de la empresa.
Las perspectivas son:
- La perspectiva financiera.
- La perspectiva del cliente.
- La perspectiva de los procesos internos.
- La perspectiva de la innovación.
En los enlaces anteriores os explicamos en qué consiste cada una de esas perspectivas. Hoy os queremos dar algunos ejemplos de objetivos de un CMI desde la perspectiva del cliente.
Primero un breve resumen de lo que es la perspectiva del cliente. Desde esta perspectiva una empresa intentará entender cuál es la percepción que tienen esos clientes acerca de la empresa. Conocer el valor que signan los clientes a nuestros productos o servicios, y a la imagen de nuestra marca será fundamental para poder evaluar nuestro posicionamiento en el mercado, y poder crear estrategias de crecimiento.
Sin saber qué somos y qué representamos para nuestros clientes no podremos mejorar ni crecer. Pero también necesitamos saber qué características tiene nuestro mercado, sus costumbres, como compran o qué buscan en el tipo de producto o servicio que vendes.
Basándonos en los datos que obtenemos, tendremos información concreta acerca nuestro mercado y nuestros clientes, existentes y potenciales, y podremos establecer objetivos concretos, en este caso que exponemos, los objetivos concretos desde la perspectiva del cliente.
Ejemplos de objetivos de un CMI desde la perspectiva del cliente
Como ya os hemos explicado, primero se definen los KPIs (key performance Indicators) a medir y los objetivos basados en esos KPIs. Los objetivos del CMI de una empresa deben ser medibles, claros, concisos y deben motivar a los equipos. Si los objetivos son inalcanzables crearemos frustración y pérdida de motivación. La formulación de estos objetivos debe de hacerse en lenguaje fácil de entender. Para la perspectiva del cliente, unos ejemplos de objetivos podrían ser:
- Conseguir que nuestros clientes compren dos productos de nuestra marca al mes. En este ejemplo, si nuestra marca vende una media de 1,6% productos de nuestra marca al mes, querremos llegar a 2. Queremos fidelizar a nuestros clientes a través de esfuerzos de marketing que generen la necesidad de contar con dos de nuestros productos al mes. Con números diferentes, pero podría aplicarse a los yogures digestivos, que proyectan la necesidad de consumir sus productos de forma regular para una mejor salud.
- Mejorar el conocimiento de nuestra marca hasta alcanzar al 35% de los clientes potenciales. Si tu marca es conocida solamente por el 25% del mercado potencial, un objetivo podría ser llegar al 35% a través de campañas de imagen de marca.
- Reducir el porcentaje de devoluciones en un 20%. Esto se podría conseguir generando campañas de información y cambios en el empaquetado que no genere expectativas falsas acerca de nuestros productos. Esto también mejorará la imagen de nuestra marca.
Un CMI permite formular y medir los resultados de nuestra estrategia. ¿Quieres saber más acerca de cómo puede ayudarte un CMI? Ponte en contacto con nosotros y solicita las claves de acceso a nuestro CMI sin coste y sin obligaciones.